¡Hay que joderse con la condición humana!

Hay ocasiones, en que el comportamiento de otras personas de mi propio sexo no sólo me indigna sino que me tienta a renegar de mi condición de varón. Esto viene a propósito de lo acontecido a una amiga mía.

Resulta que el cabrón del marido aprovechando la larga enfermedad de su mujer y la presencia habitual en la casa de una amiga de ésta, se lía con la amiga y para poder dar una salida a dicha situación no se le ocurre mejor cosa que abandonar el hogar familiar, sin previo aviso, y aparecer horas más tarde en la casa para recoger sus pertenencias, acompañado de la guardia civil, después de haber presentado contra ella una denuncia por malos tratos y haber solicitado orden de alejamiento para poder así obtener la custodia del hijo.

La conducta de este Otelo de pacotilla, es tan absurda que, aparte de calificarle por sí misma, le deja sin ningún argumento legal. Este hijo de puta comete al menos tres delitos: adulterio, abandono del hogar, sevicias, e injurias y calumnias, y en un momento de alucinación decide acusar a la mujer de malos tratos. Vamos, de locura, totalmente irreal.

Lo de la amiga de la mujer y amante de éste cabrón, es también de libro. Joder con las amigas, cuántos casos como éste conozco.

Y en el medio, como suele ser habitual, una pobre criatura que se estará preguntando a estas horas qué es lo que pasó. El tiempo pondrá a todos en su lugar, pero mientras tando toca sufrir para no variar. ¡Hay que joderse con la condición humana!

Al cabrón del marido y a la zorra de su amante les obsequio con esta hermosa mierda para que la disfruten en compañía mientras les dure, pues ya es sabido que "a cada cerdo le llega su San Martín".

Y para el hijo de puta del marido, una buena patada en los cojones.